Necesito que me dirijas la palabra,
háblame por favor, mi amado,
dime tranquilo, qué es lo que te pasa,
pues necesito escucharte y no oigo nada.
Afuera escucho a los gorriones que cantan,
mientras alegres en el polvo danzan.
Hasta las palomas me visitan de mañana,
con el 'currú-cucú' batiendo sus alas blancas.
El cielo se ennegrece y croan fuerte las ranas
contentas porque caerá del cielo el agua.
Ya ruge la tormenta, el trueno que no aplaca
y hasta el rayo cuando cae me amenaza.
Los fantasmas de la noche ahora me llaman,
mas quien quiero que me hable, no me habla.
Me estoy volviendo loca de escuchar la nada,
mientras sigues a mi lado, amor, callado….
El frío silencio va invadiendo nuestra cama.
La noche se hace eterna y no llega el alba.
Háblame, dime que me odias o que me amas,
pero por favor amor, necesito tu palabra.
háblame por favor, mi amado,
dime tranquilo, qué es lo que te pasa,
pues necesito escucharte y no oigo nada.
Afuera escucho a los gorriones que cantan,
mientras alegres en el polvo danzan.
Hasta las palomas me visitan de mañana,
con el 'currú-cucú' batiendo sus alas blancas.
El cielo se ennegrece y croan fuerte las ranas
contentas porque caerá del cielo el agua.
Ya ruge la tormenta, el trueno que no aplaca
y hasta el rayo cuando cae me amenaza.
Los fantasmas de la noche ahora me llaman,
mas quien quiero que me hable, no me habla.
Me estoy volviendo loca de escuchar la nada,
mientras sigues a mi lado, amor, callado….
El frío silencio va invadiendo nuestra cama.
La noche se hace eterna y no llega el alba.
Háblame, dime que me odias o que me amas,
pero por favor amor, necesito tu palabra.
2 comentarios:
Los fantasmas, el frío cruel presencia de la palabra ausente...
saludos muy hermoso tu poema..
un placer leerte
buenas letras, buen blog, felicidades,,,
abrazos,,,
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