Ansiaba tanto tu llegada a mi, que no me di cuenta cuando estuviste dentro. Y ahora no arrullo noches sin desearte, sin pensarte, sin vivirte.
Soy de aguas y enjambres cuando me visto de tus ganas, de mis ganas... de éstas ganas de los dos de ser de fuego, y piel y lujuria desatada.
Y vos que te me llegás así, tan rabioso, tan de furias y de besos libidinosos, y manos puercas, y sexo ansioso.
Vení, venite así a mi, venime como siempre, con tus mares bravíos a llenarme y extasiarme de placer.
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1 comentario:
Hola muy bello y que gratificante es hablar de amor,el amor encierra todas esas cosas.te mando un abrazo seguire pasando por este bello lugar. Si quieres peregrinar te invito a mi blog besos.
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