Llegará a ti, en una tarde florecida de abril, un suspiro,
los recuerdos te llegarán como una llamarada,
un velo cruzará por tu mirada,
sentirás tu vida vacía y…
tu deseo reprimido;
Desearás cruzar tu aliento con el mío,
cobijarte aquí, entre mis brazos,
beber de las ánforas de mis senos,
acariciar mis bruñidos muslos;
Desearás la lluvia de mis besos
sobre tu cuerpo,
tu febril ansiedad me reclamará,
tu piel mi contacto deseará,
y te preguntarás:
¿Dónde estás ahora, amor?
¿En que otros brazos te hallarás?
¡Mi recuerdo te dolerá!
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