6.9.10

UNA MUJER SABIA.


Dicen que a cierta edad las mujeres nos hacemos invisibles, que nuestro protagonismo en la escena de la vida declina y que nos volvemos inexistentes para un mundo en el que sólo cabe el ímpetu de los años jóvenes.
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Yo no sé si me habré vuelto invisible para el mundo, es muy probable, pero nunca fui tan consciente de mi existencia, nunca me sentí tan protagonista de mi vida, y nunca disfruté tanto de cada momento de mi existencia como ahora.
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Descubrí que no soy una princesa de cuento de hadas, descubrí al ser humano que sencillamente soy, con sus miserias y sus grandezas. Descubrí que puedo permitirme el lujo de no ser perfecta, de estar llena de defectos, de tener debilidades, de equivocarme, de hacer cosas indebidas, de no responder a las expectativas de los demás.
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Y a pesar de ello.... ¡quererme mucho! Cuando me miro al espejo ya no busco a la que fui... sonrío a la que ahora soy.... Me alegro del camino andado, asumo mis contradicciones. Siento que debo saludar a la joven que fui con cariño, pero dejarla a un lado porque ahora me estorba.
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Su mundo de ilusiones y fantasía, ya no me interesa. ¡Qué bien vivir sin la obsesión de la perfección! ¡Qué bien no sentir ese desasosiego permanente que produce correr tras los sueños! "La vida es tan corta y el oficio de vivirla es tan difícil, que cuando uno comienza a aprenderlo, ya hay que morirse."
UNA MUJER SABIA ACEPTA ESO Y MUCHO MÁS...



**Karicias**

1 comentario:

Anónimo dijo...

q hermoso lo q escribiste! nunca es tarde para disfrutar. me encanto


bsitos