8.4.12

Si tan solo supiera que existe comunión hombre...
comunión entre tus ganas y mis deseos de cuerpo y alma,
comunión de forma de mirar el dia y amaneceres, sabiendo que estas ahi,
justo en el sito donde mas te busco y te encuentro,
debo confesar que a veces eres sonrisa, otras una melodía que me acompaña en una sentida cancion,
otras tantas eres mirada y lejania, desde tu piel a tus entrañas, y yo... te reclamo a los cuatro puntos cardinales,
estás siempre en mi piel macho cautivo, y en mi estómago,
el corazón agita su marco y el escritorio en el que estoy se puebla de papelitos inancabados que me dan la pausa para sentirte e imaginarte, justo en ese... en este momento donde eres ángel, furia y hombre, democráticamente como el mar, infinito como las estrellas,
y sin embargo te alejas cuando mis manos te buscan y aún con todo te acercas cuando menos te espero...
desde donde sea quiero estar presente y que en mi sensualidad tu miembro endurezca al punto del estallido solamente al saber de mi aroma, de mi cercanía, de la melodía de mi cuerpo.
Pero si fuera solo eso que fáil sería... no es solo tu alma la que me convoca, tus formas de estar en mi..., cada poro de tu piel... tu boca, esa boca que reclama y desnuda, tu lo sabes... solo me hace bien tu piel, tu luz, tu dar y tu sentir...
Y a cambio te ofrezco mi desnudez en poesia, clandestinamente detras de una flor o juegos de luces, me instale para emboscar todas tus vergüenzas y las mías y dejarlas de lado...
No me llegué porque sí... estoy para hacer míos todos tus pecados y siempre viene a mis sentidos, a mi cuerpo, el sentirte besando mi ser, recorriendo mi geografia y acariciando...
Por momentos lo se, por momentos huelga la melancolía por lo inacabado de la realidad, y ahí, justo en el quiebre humano, vuelves a aparecer, como siempre, alquimista que convierte el barro en maravilla, la pasión en éxtasis y te rehaces como hombre y me rehaces como mujer, en la palma de mis manos calidas y las tuyas abarcadoras en esa unión de pubis de urgencias y tibiezas, humedades desde los



labios a las miradas, miel en vos, agua en mí, y un encuentro salvaje en lo mas recondito de los sentires de la piel, sin evitar ni laberintos ni trampas...
Sí mi soberano... así nos llegamos, en la inocente actitud de manos vistiendo de fuego la desnudez... de labios incinerando y de uniones que extasían hasta fenecer...
Y afuera... la ciudad sigue como si nada.








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